15º aniversario de dos hitos para el rugby vasco (I):

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Cuando Euskarians conquistó Sudáfrica
Este verano se cumplen quince años de la exitosa gira del combinado femenino a través de una de las potencias del rugby
Hace ahora quince años, el rugby femenino de Euskal Herria completó una gira que sorprendió al mundo. Las jugadoras de Euskarians, a las órdenes de José Miguel Galdós y Virginia Sagarduy, viajaron a Sudáfrica para disputar cuatro encuentros ante equipos locales, y, ante la incredulidad de todo el país, las vascas fueron capaces de imponerse a rivales cada vez más fuertes y de sellar un pleno de victorias, llegando a vencer a conjuntos con varias internacionales en sus filas. Aquel viaje no pudo tener demasiada continuidad por motivos económicos, pero hizo crecer el prestigio
del rugby femenino vasco en el panorama internacional.
El propio Galdós, la manager Iraide Manzano y el médico Xabier Leibar recordaron este viaje en su décimo aniversario. La gira, en pleno mes de julio, se convirtió en una sucesión de retos superados desde su planteamiento. El primer obstáculo estuvo en la financiación del propio viaje, y por ello se bautizó este proyecto con el nombre de Hordago. Directivos y jugadoras se costearon los gastos de su bolsillo, y el resto del presupuesto se completó con la venta de camisetas de Euskarians.
El mayor desafío, sin embargo, estuvo en los propios adversarios. No en vano, Sudáfrica es una de las grandes potencias del rugby mundial, y contaba entonces con unas 4.300 licencias femeninas.
Para preparar el viaje, Galdós explica que “se hicieron varios entrenamientos en Durango, con gente muy buena de Iparralde, como Sandrine Jaureguyberry o Danièle Irazu”, internacionales con la selección francesa y campeonas del Torneo de las Seis Naciones. El grueso del equipo, no obstante, estuvo compuesto por jugadoras de Hegoalde. Bizkaia aportó once jugadoras; Lapurdi, siete; Araba y Nafarroa, tres; y Gipuzkoa y Zuberoa tuvieron sendas representantes. Las jugadoras que integraron aquella expedición fueron Reyes Goikoetxea, Isabel Rodríguez, Nerea Lasa, Uriarte, Ane Baonza, Jone Camarero, Eider Alberdi, Cal, Nerea Martínez, Inés Etxegibel, Olatz Fernández de Arroyabe y Ana Isabel de la Parte (Bizkaia), Leire Agirre (Gipuzkoa), Aitziber Porras, Mertxe Uriarte y Alicia Suso (Araba), Xuburu (Zuberoa), Nerea Obregozo, Otxoa y Berterretxe (Nafarroa) y Corinne Lapébie, Isabelle Irazu, Lopez, Peire e internacionales con Francia como Daniele Irazu, Sandrine Jauréguiberryo Céline Allaimant (Lapurdi).
Xabier Leibar fue el médico del equipo en aquella gira. El que fuera director de Deportes del Gobierno Vasco destaca la convivencia entre las jugadoras de Iparralde y de Hegoalde: “Fue una historia muy bonita entre el norte y el sur, un proceso aglutinante. Se normalizó lo que era normal ¿por qué no iban a jugar los de Hegoalde e Iparralde como los de Irlanda del Norte e Irlanda del Sur? Al principio había una cierta distancia entre las chicas de Iparralde y de Hegoalde, pero se dio un proceso de homogeneización muy bonito. Al final, personas dispares, con un nivel de juego dispar y con culturas deportivas dispares formaron una piña”. Y es que la edad de las
jugadoras variaba entre los 18 y los 30 años; algunas venían de jugar en la categoría regional y otras, en la máxima división francesa.
Iraide Manzano, manager de la expedición, relata que “viajar a Sudáfrica era la bomba. Fue alucinante. Yendo al Hemisferio Sur, donde el deporte rey es el rugby, pensábamos que nos iban a dar hasta en el carnet de identidad. Y qué va”. El 6 de julio, las vascas debutaron ante las Leopards en Sun City y ganaron por un aplastante 83-0. “En el primer partido nos quedamos alucinadas, por lo bien que se jugó y por haber ganado”.
Galdós cree que al principio los anfitriones “no se lo tomaron muy en serio, y nos pusieron un rival un poco flojo, pero en cuanto vieron el primer partido ya se pusieron las pilas y empezaron a subir y a subir el nivel. Al final ya los equipos cada vez eran mejores y venían a ganar”.
Leibar coincide en que “en Sudáfrica no entendieron la magnitud del equipo hasta que empezaron a avasallar a sus chicas. La gente que estaba viendo el partido decía ¿pero quiénes son estas? El primer encuentro fue muy amable, el segundo fue duro, y en el tercero se repartieron hostias como panes. Para ellas era un atentado a su dignidad que unas chicas que no sabían ni de donde venían las estuviesen ganando”.
En el segundo partido, en Johannesburgo, Euskarians volvió a dar la sorpresa ante las Falcons y venció por 21-8. El seleccionador vasco explica que esta vez se midieron a “un rival un poco más fuerte, y también ganamos”.
En el tercer duelo el conjunto euskaldun se enfrentó ya a un adversario de campanillas, un combinado de la Universidad de Pretoria con varias internacionales, pero Euskarians también salió vencedor (35-8).
Manzano relata que “las sudafricanas se picaron y nos pusieron un último partido contra un equipo muy potente”. Las rivales fueron las Blue Bulls, con varias internacionales absolutas en sus filas, pero las vascas volvieron a salir victoriosas (19-0). “No querían que ganásemos todos los partidos. Fue un choque muy duro. Entraban a matar, pero las jugadoras jugaron como campeonas y terminaron ganando. Para las sudafricanas, era impensable que fuéramos allí y ganáramos
todos los partidos. Y al final los ganamos. Fueron partidos muy duros, pero fue una pasada cómo jugaron las chicas. Teníamos enfrente a unas tías muy grandes y muy potentes físicamente, pero acabábamos ganando”.
Una agradable sorpresa
La manager de la expedición confiesa que “las primeras sorprendidas por estos resultados fuimos nosotras. Íbamos a jugar lo mejor posible y a dejar arriba el nivel del rugby vasco, pero no esperábamos ganar todos los partidos. Queríamos pasarlo bien y dar lo mejor de nosotras, y creo que ir con esa actitud te hace jugar más relajada y ganar, como lo hicimos. Disfrutamos muchísimo”. Y es que, además de jugar al rugby, las jugadoras también tuvieron tiempo para hacer turismo y gozaron también de Sun City y Pretoria, vieron dos partidos del mejor torneo del Hemisferio Sur, el entonces llamado Super 12, en Ciudad del Cabo y en Johannesburgo, y visitaron la cárcel donde estuvo preso Nelson Mandela. “Fue una experiencia para no olvidar. Creo que sirvió para darnos cuenta de que el rugby femenino en Euskadi tenía más nivel de lo que pensábamos”, resume Manzano.
Galdós confirma que para el equipo, la gira fue “increíble. Sabíamos que llevábamos chavalas muy buenas, pero no nos esperábamos esos partidos tan fuertes. Volvimos encantados. Todo el mundo se acuerda de aquella gira. Cada vez que vamos fuera nos hablan de aquel viaje”.
Leibar, por su parte, también considera que “fue un logro muy importante”, pero no quiere “magnificarlo. Digamos que subimos dos escalones de una vez”.
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