CUATRO HISTORIAS Y UNA LECCIÓN DE VIDA

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Getxo nació de un proyecto de integración social de fin de grado

San Sebastián.- Cuatro equipos integran la Liga Bultza de rugby inclusivo y cada uno de ellos tiene su propia historia, su idiosincrasia particular, sus lecciones de vida. Aitor Arri, un Educador Social en Hogares de Menores, que también trabaja en Bizgarri, se topo con el rugby en Vizcaya cuando tuvo que hacer un “proyecto de fin de grado, en el año 2016, y el mundo inclusivo, aplicado al rugby me pareció una idea interesante”.

Desde que comenzaron su andadura entrenan un día a la semana y han jugado un buen número de partidos amistosos, “por lo que la Liga Bultza, con el impulso de la Federación Vasca, debe de suponer un paso importante para el rugby inclusivo. Tenemos once chavales con discapacidad intelectual y trece facilitadores (las personas que les acompañan para entrenar y jugar). Entrenamos los miércoles y todo el mundo está muy comprometido con el equipo. Además se han integrado muy bien en el club. Varios forman parte de la Eskola, ayudan al entrenador del primer equipo a poner el material para entrenar, ayudan en otros equipos, bajan a los partidos del club,  todo el mundo les conoce”, explica.

Para Arri esta siendo una experiencia “muy enriquecedora. Hemos jugado partidos y torneos con el Gastedi, el Hernani, el Bilbao, con equipos de Cullera y Madrid. Todos los años nos va llegando gente nueva, tanto jugadores como facilitadores. La verdad es que algo como está liga no hay a nivel estatal. Va a ser un impulso tremendo para el mundo inclusivo. Vamos a ser pioneros”.

Nos comenta Arri que “la labor de los facilitadores es estar con los chavales, enseñarles las normas, dinamizar los partidos, facilitarles el juego. Si pusiésemos quince inclusivos contra quince sería un desastre. De esta forma, se divierten, juntando gente con discapacidad y sin discapacidad”.

Hernani, con un internacional al frente, Jon Intxausti

“Comenzamos en el año 2015. Vimos un artículo sobre el Gasteiz en el periódico Berria sobre un mundial de rugby inclusivo que se iba a celebrar en Inglaterra y junto a Jon Zumalabe pensamos en hacer algo parecido en Hernani y nos fuimos a Vitoria para ver como lo hacían”, explica Jon Intxausti, internacional en muchas ocasiones con la selección española, jugador de Hernani, El Salvador, CRC y Gatos de Madrid y San Juan de Luz.

“Tenemos doce chavales con discapacidad, tanto chicos como chicas. Entre jugadores y dinamizadores contamos con unos 30 chavales y para nosotros todos son iguales. Cuando comenzamos había muchos chicos-as que necesitaban ayuda para poder jugar. Ahora lo pueden hacer solos. La Pandemia nos afectó y mucha gente dejó de venir. Ya nos vamos recuperando y el grupo que ha seguido ha progresado mucho”, explica.

En sus inicios era habitual ver a jugadores y jugadoras de los primeros equipos del Hernani entrenar con en el inclusivo, “ahora se han implicado muchos veteranos, además de un grupo de chicas porque los que juegan tienen ya mucho compromiso. Vienen dos chicas de Durango y un chico de Zarautz nos ayudan con los chavales”.

Sobre la Liga Bultza piensa que “va a ser importante porque se ha implicado la federación y eso va a suponer estar más organizados y tener mayor visibilidad, con licencias. Estará todo mucho más controlado. Para los jugadores pienso va suponer estar más reconocidos por la sociedad y la propia federación y para los veteranos será una forma de seguir vinculados al club”.

Intxausti es profesor en un centro público de Educación Especial , Gorbeialde, en Vitoria. Antes trabajó en Gautena: “Empecé a trabajar en educación especial después de llegar al rugby inclusivo”. ¿De dónde hemos sacado los jugadores? Cinco o seis vienen Lantegi Batuak trabajan juntos, van juntos al campo con la txapela de Hernani. Para los chicos y para las propias familias ha sido muy importante. La inclusión como en el mundo del rugby no la han visto nunca. En los terceros tiempos se comparte todo entre discapacitados y dinamizadores. Son unos más en el grupo”.

En el Bibao R.C, los dinamizadores llegan de los equipos del club

Cada club tiene una forma de hacer las cosas y en el rugby inclusivo sucede lo mismo. Aitor Jáuregui, presidente del Bilbao R.C, un quince histórico en la capital vizcaína, nos comenta que “el rugby inclusivo llegó a nuestro club hace cuatro años. Estaban ya el Gasteiz y el Hernani. Poco tiempo después llegamos nosotros y luego el Getxo. Contamos con una doce de chavales, además del mismo número de dinamizadores, que son quienes les acompañan en el campo y en los entrenamientos. Vienen de equipos del propio club”, comenta.

Acusaron un bajonazo “durante la Pandemia, me imagino que como todo el mundo. Tenemos, normalmente, chavales con discapacidad intelectual. Luego nos ayudan jugadores en activo del senior masculino y femenino o sub 18. Entrenamos los miércoles de 6 a 7.15, en las  instalaciones de El Fango”.

Han jugado con varios equipos, “realizamos una concentración con el Getxo. Entre los cuatro clubes nos vamos cruzando partidos. Los jugadores con discapacidad nos han llegado de Gorabide (síndrome de Down) y Apnabi (discapacidad intelectual). No tenemos problemas de gente para completar los equipos. Los entrenadores somos Santi Mercado y yo mismo.

Tenemos una invitación de la Federación Española para hacer una jornada de reflexión sobre el rugby inclusivo a nivel nacional, para tratar de mejorar en lo que se pueda”.

El Bilbao R.C. es uno de los clubs que más licencias tiene en Euskadi, sino el que más, con un total de 400 licencias desde escuelas hasta las categorías señor, tanto en hombres como en mujeres. “Con el rugby inclusivo hemos notado que la implicación de los padres y de las familias es total y seguimos abiertos a quienes quieran apuntarse al equipo”.

Gaztedi, los pioneros en Euskadi y a nivel nacional

Si le preguntas a Moisés San Mateos que cargo ocupa en el Gaztedi de rugby te responde con un sonrisa y una pregunta: “¿Cuál me quieres poner?”. Lo ha sido y lo sigue siendo en el club de Vitoria. “Llevamos con el rugby inclusivo mucho tiempo. Tiene sus peculiaridades y al principio nos costó organizarnos. Fuimos los primeros en Euskadi en meter el rugby inclusivo en los clubes y creo que a nivel nacional también. Es una historia vital, un trabajo distinto al habitual en el mundo del rugby”, comenta.

Sus inicios se remontan ocho años atrás. “Tenemos ya una trayectoria de trabajo con chavales de diversidad funcional. Ahora contamos con unos diez y un grupo de veteranos que les acompañan, uno por cada uno de ellos. Entrenamos un día se la semana”. El Gaztedi organizó un mundial de rugby inclusivo en Vitoria, en 2017, “en el que se juntaron alrededor de mil personas. Hubo equipos de Argentina, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Francia, Italia, España. Salió todo muy bien y conseguimos darle visibilidad al rugby inclusivo. El primer mundial de rugby inclusivo se disputó en Brfadfor (Inglaterra). Nos ha costado mucho mantener el equipo en algunos momentos, pero ahí seguimos”.

El grupo surgió de una actividad “de síndrome de Down y luego llegaron chicos-as con deficiencia intelectual. Tenemos gente con varias discapacidades. Fuimos a Hernani a jugar, nos dimos a conocer en los medios. En total tenemos dieciocho equipos en el club  y el rugby inclusivo es uno más”. Sembraron la semilla de lo que ahora es la liga Bultza.

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